martes, 21 de septiembre de 2010

Caapítulo 1 pov Hatzive

Es igual que el anterior capítulo pero contado desde el punto de vista de la "zorrilla".

Capítulo 1

Pov Hatzive

Estaba mirando la prensa como cualquier otro día cuando levante la mirada del periódico. Seattle se me hacía cada vez más insoportable mirase por donde mirase los hijos de puta estaban presentes... en la esquina del mercado estaba un padre pegando a su hija, al lado había un hombre ahogando a un gato en un balde de agua… ¡Por Dios! ¿Era la única que veía esas cosas como una crueldad? Parecía ser que si.

La gente hacía esas cosas y las consideraban habituales en su día a día. Yo en cambio intentaba que eso no sucediese. Cada vez que veía a un padre pegando a su hijo yo me interponía pero claro a mi me acababa pegando y las demás personas en vez de interrumpir o ayudarme…. se quedaban mirando… incluso algunos se ponían a aplaudir…

Pero por suerte no me había pasado lo mismo que al hambre del artículo que había estado leyendo. Devolví mis ojos al papel y leí.


Más casos de solidaridad

Últimamente en nuestra querida ciudad cumbre casos de “bondad”
han sido presentados, ahora fue el turno de el conocido y respetado
señor Miths quien rápidamente fue llevado tras las rejas acusado de
alterar el orden publico y abogando que según el, tuvo un impulso de
bajar el gato de una niña de un árbol, este caso sin duda fue llevado a
los hospitales de Texas para ver cual era la causa de que tal acto


A más de un vecino mio le gustaría mandarme a un hospital de por vida… Seguí leyendo…


Aborto como ejemplo

Una joven de 16 años decidió abortar después de estar cuatro meses pensándoselo. Eso ha servido como un gran ejemplo a todas aquellas jóvenes que no se deciden a abortar después de más de dos meses de embarazo.

Todo eso me daba tanto asco que decidí dejar de leer. No podía creer en gente que fuera capaz de quitar la vida a un ser que ni había nacido…

Tire el periódico a la basura y me encamine hacía mi casa. De camino tenía que pasar por un callejón el cual no me gustaba demasiado…

Entonces oí el sonido de una pelea mientras caminaba por el callejón…Vi a un chico manoseando a una chica iba a intervenir pero de repente…

- ¡Hey tu! Agarradla de la cintura, así es mas fácil.- levanté la vista hacía donde venía la voz. Vi Ilan, más conocido como el angelito del infierno. Era todo un ejemplo en “los auténticos valores” y se pudo comprobar por la lesioncita que le dedicó al guarro que se estaba intentando aprovechar de la chica.

- Gracias… - dijo el hombre mientras se alejaba mientras perseguía a la chica.
Ilan desapareció de la ventana pero yo seguía oyendo gritos de: “Suéltame”, “Aléjate”, “No por favor no”.

Me hubiera gustado ir tras ellos pero… ¿Qué haría cuando les cojiese? ¿Dejarme violar por ella? Seguro que ella no lo hubiese hecho por nadie… pero si pensaba en eso nunca ayudaría a nadie… eso era ser egoísta y yo podía tener mucho defectos pero intentaba por encima de todo no ser egoísta.

Decidí que haría mejor darle una lesioncita al idiota de Ilan. Me di la vuelta por donde vine. Salí del callejón y giré a la izquierda y me di de cara con la casa de Ilan. Llamé al timbre y vino el a recibirme.

-Muy bonito lo que hiciste…-fue mi saludo.

- ¡¿Qué?! Demonios, ahora ¿que fue lo lindo que hice según tu? Perdóname por no ser idiota y comprender lo que dices.

-Mejor pregúntate que no hiciste... ¿como pudiste decirle eso a aquel chico?-

-¿Decirle que?, ¿Qué después de eso tenia que montársela como caballo o como?-me dijo con aires de superioridad.

-Podrías hablar como una persona normal.-

-Si pequeña zorrilla así es como habla la gente normal, no los criminales como tú.-

Empecé a darle unos de mis sermones. Que si el que esta equivocado era el… Pero era imposible hacerle entrar en razón. 

-¿Terminaste? Por la puta de mi madre tengo hambre así que si terminaste me largo.-me dijo antes de irse y darme con la puerta en las narices.

Me fui alejando otra vez hacía el callejón donde había visto a los chicos. Mientras caminaba por el empecé a pensar lo poco que encajaba en ese mundo. La gente veía los insultos como halagos, continuas palizas se veían en la calle…

Desde que tengo memoria me han enseñado que eso es lo correcto pero parecía que mi mente se negaba a verlo como normal… aun habiendo crecido entre los más respetados miembros de la comunidad. Mis padres eran de lo mejorcito, la mayoría del dinero que tenían era robado, en cada frase usaban siempre alguna palabrota…

Yo intentaba llevarles por lo que a mi parecer era el buen camino, intentaba que les entrara en la cabeza que aquello a lo que se dedicaban no estaba bien… pero en vez de hacerme caso me enviaban a psicólogos. Igual me pasaba con los vecinos que cada vez que ayudaba a alguien llamaban a la policía… ¿Cómo puede haber cárcel en un mundo en el que la mayoría de las personas deberían estar encerradas en ellas?

Seguía bajando por el callejón hasta una calle más ancha, la crucé y justo cuando llegue a la acera del otro lado empezó a llover.

Corrí atravesando el parquecito hasta que llegué a la zona residencial en donde mis padres, hartos de mi, me compraron una cosa en la que vivo solo desde hace dos años.

Mi casa era bastante… diferente a las demás. Me encantaban las plantas así que tenía le patio delantero lleno de ellas pero lo que más destacaba era la placa de “Bienvenidos” que había encima del buzón.

Entre en la casa y fui rápidamente hacia la planta de arriba. Fui al cuarto de baño me duche y me puse el pijama. Encendí la tele sin mucho ánimo puesto que ya sabía que estarían los típicos programas en los que todos se gritaban lo mucho que se “querían”.

Me daba bastante asco ver a toda aquella gente discutiendo y llamándose de todo solo por… ¿de que discutían? Que más daba preguntarmelo la mayoría de las veces eran solamente incoherencias.

De repente un hombre paro de gritar a una mujer. Se quedo pensativo y con la mirada perdida. Los demás intentaban llamarle la atención para que volviese en si pero no se movía… Hasta que se levanto y abandono corriendo el plato.

Que raro… ¿se habría dando cuenta de repente que estaba gritando a una mujer por una tontería? Lo más probable es que no, nadie cambiaba su carácter de un segundo a otro… Ojala eso pasara en este mundo, todos cambiasen, que dejasen de premiar a los tontos y marginar a los listos. Que a los que hacen acciones amables sean recompensados en vez de llevados a la cárcel… Otra vez de nuevo me sentí fuera de lugar. Nadie en ese mundo pensaba así… ¿por que yo si? ¿Sería más feliz si pensase como los demás?

Algunas veces había intentado parecerme a ellos pero no lo había conseguido… era yo misma y nadie, ni siquiera mi propia sociedad me iba a cambiar.
Apague la tele  y fui al cuarto de baño que estaba en la segunda planta.

Estuve espillándome los dientes y haciendo gárgaras en el lavabo. Cuando termine me observe en el espejo. No tenía mala cara… no es que fuera una egocéntrico pero la verdad es que no me consideraba fea. De hecho era una de las chicas más guapas del colegio.

Menee la cabeza ante aquellos pensamientos… odiaba el egocentrismo y si yo me volvía egocéntrica entonces sería bastante hipócrita de mi parte.

Deje todos aquellos pensamientos y me fui a mi cuarto. Bastante simple con una cama de sabanas blancas y un simple cuadro en el que estaba yo con mis padres.

Me acosté y estuve contemplando el cuadro… La única que sonreía en el era yo, mis padres estaban serios mientras se mantenían bien alejados de mi… solo tenía diez años en aquella foto, ¿incluso con diez años ya era una marginada y una rata de la sociedad para mis padres?

Aparte esa idea de la cabeza y me puse a pensar en que nunca encajaría allí, en que toda la gente que conozca me marginara, en que mi único destino es ir a la cárcel una y otra vez… Entonces volví a pensar en mis padres y ahí casi me puse a llorar. Intente controlar mis lagrimas pero una se me escapó. Resbalo por mi mejilla hasta que llegó a mi boca. ¡Uhm! Estaba salada.

Y con ese último pensamiento me quede dormida.

                                                                      **********

Como siempre mi mañana era algo atareada. Tenía que ir a recoger las “posibles” cartas a la oficina de correos que estaba a diez calles de mi casa. Después tenía que ir al colegio pero como me habían expulsado una semana solo tenía que ir a por los deberes que me tocaban hoy. Y por último tenía que ir a comprar a un mercado que estaba… ¿a un kilómetro?

Total que si a todo eso añadimos que no tenía ni bicicleta, ni coche, ni monopatín y que mis únicos medios de locomoción eran mis piernas…

Pues llegue tres horas después de haber salido de mi casa. Llegué con tres bolsas de la compra, una carpeta y tres cartas.

Deje la compra en la nevera, la carpeta en mi escritorio del salón y me puse a abrir las cartas. La mayoría eran advertencias… me habían visto ayudar a un niño que se había perdido. No pude hacer más que poner los ojos en blanco.

“Señorita Moonlit esto es solo un aviso pero si vuelve a ocurrir esto tendremos que tomar medidas drásticas” ¿Otra amenaza de cárcel? Las demás cartas tenían la misma dirección así que ni me moleste en leerlas directamente las tire en el cubo de la basura.

Me disponía ha abrir mi carpeta y ver lo que me habían puesto de deberes cuando oí el timbre de la puerta. Fui a abrir y me encontré con el rubio más detestable que uno se pudiera encontrar.

-¿A quien le debo el honor de tu presencia?-le dije a Ilan. No venía solo, le acompañaba su hermano Adrik. Era bastante curiosos ese chico se comportaba como los demás pero no era tan…malo…no se explicarlo.

- Gracias zorrilla, mi madre querida quiere que te eduque, así que de una buena vez vete a la mierda.-me dijo con su habitual tono de prepotencia y superioridad que le caracterizaba.

-¿Y si no quiero irme a la mierda y no quiero que ni tu ni tu hermano entren a mi casa?-

- Me da igual de una u otra manera me dejaras pasar y si para ello necesito follarte lo haré.-vaya, que necesitado estaba el pobre que a cualquier oportunidad que tiene se ofrece. No se lo quise decir por que eso se lo tomaría más como un cumplido que como una indirecta… Esta gente no parecía conocer el significado de la palabra sarcasmo.

1 comentario:

  1. Me reitero en mis otros comentarios. Espero que te los veas para que veas en qué erras. Y es "Leccioncita" no Lesioncita (que es otra cosa).
    La historia es interesante, pero en esta segunda entrada has perdido un poco el ritmo. Espero la tercera entrega con curiosidad ~.^

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